Ático en La Latina

La primera vez que entramos en el ático nos enamoró la luz que entraba a raudales por los ventanales y sus espacios abiertos. Tras la reforma del ático, se había mantenido toda la estructura de vigas de madera intacta y pintarla en blanco hizo que diera mayor sensación de amplitud.
Diseñamos un espacio con una base en tonos neutros pero donde los accesorios llenan de color todo el ambiente. También quisimos que fuera una combinación de estilos, con piezas antiguas y otras de diseños clásicos, que le dan un toque urbano y acogedor a la vez.
La cocina está conectada al salón, sin puertas. El color turquesa en las paredes contrasta con el mobiliario moderno y sobrio.
El espacio del salón-comedor era un espacio muy alargado, que resolvimos zonificando y separando muy bien en dos. En la zona de comedor la protagonista es la gran mesa de madera antigua. Como contrapunto, las sillas y la lámpara.
En la zona de estar quisimos crear una zona de tertulia. Colocamos dos sofás en tonos neutros enfrentados, de manera que desde todos los puntos del salón se pudiera disfrutar de las vistas. El color está presente en los accesorios como los almohadones, con tejidos ikat o las alfombras kilim de la India.
El dormitorio principal es en suite, donde zona de dormir, vestidor y baño son todo uno. La zona abuhardillada se aprovechó para ubicar el vestidor, lleno de armarios a medida. En el dormitorio preside la cama, con un cabecero a medida tapizado. Las mesillas con las patas doradas le dan un aire sofisticado.
Tanto desde el salón como desde el dormitorio se accede a la terraza, la estrella de la casa, con unas impresionantes vistas del barrio de La Latina. Es estrecha y larga, así que aprovechamos para hacer dos zonas, una de estar y otra con dos tumbonas que invitan al descanso.